La mejor forma de conocer la historia de la ciudad es adentrándose en un recorrido por los principales símbolos de Roma. El paseo comienza por el Panteón, que deslumbra a todos desde su maravilloso exterior.
Este monumento histórico sigue funcionando como una iglesia donde se realizan misas y hasta casamientos. Pero lo más sorprendente es la conservación de su arquitectura, desde el mármol original hasta su impresionante cúpula de granito.
La siguiente parada es el Foro Romano, una zona donde solía funcionar la vida cultural y económica de los romanos en la antigüedad. Hoy en día es uno de los lugares más populares de la ciudad, gracias a sus jardines llenos de esculturas.
Cerca de allí se encuentra el Monte Palatino, donde se conservan los restos de antiguas edificaciones, como el Hipódromo de Domiciano y el palacio Domus Flavia. En la actualidad, es un gran museo al aire libre donde se siguen realizando excavaciones científicas y descubriendo los restos de construcciones que había allí.
Finalmente, el paseo concluye en el Coliseo, una de las construcciones más famosas del mundo. La visita a este anfiteatro permite conocer más de la historia de Roma, además de aprender sobre los múltiples usos que tuvo en el pasado.
Desde el siglo VI, el Coliseo pasó por un período de terremotos y bombardeos que destruyeron parte de su construcción. Hoy en día forma parte de la lista de las Siete Maravillas del Mundo Moderno.
