Sin dudas, cada nación tiene sus propias excentricidades, y Letonia no es la excepción. En Riga, hallamos curiosidades de todo tipo, pero ninguna llama tanto la atención como la Casa de las Cabezas Negras.
Este seudónimo es peculiar, pero su origen es más lejano de lo que te imaginas. Originalmente, esta enorme residencia era una pequeña casa, ubicada cerca del corazón de la ciudad. Gracias a su privilegiada localización, la vivienda pronto ganó popularidad entre los locales, convirtiéndose en un lugar de reuniones y socialización.
Igualmente, se dice que la Casa de las Cabezas negras fue adquirida por un grupo de mercaderes alemanes, quienes la utilizaron como la sede de su organización. Este grupo, que se formó a mediados del siglo XVII, era conocido los Cabezas Negras, gracias a ellos, la casa adquirió su curioso apodo.
Con el pasar de los años, muchos ciudadanos de Riga se interesaron en la propiedad, y llevaron a cabo diferentes obras para ampliarla y reformarla, siguiendo un estilo puramente gótico. Sin embargo, la antigua Casa de las Cabezas Negras fue completamente destruida durante la Segunda Guerra Mundial.
Hoy en día, se alza una nueva residencia, que heredó el nombre de su predecesora, y que se ha posicionado como uno de los imperdibles de la capital letona.
