El Palacio de Schönbrunn, residencia imperial.

Pocas residencias reales, incluso actualmente, pueden compararse con el Palacio de Versalles, el inmenso y majestuoso castillo que fue hogar de innumerables reyes franceses. Sin embargo, hay algunos que sí están al mismo nivel, y entre ellos está el Palacio de Schönbrunn.

Esta residencia real data del año 1559, cuando era solo una casa veraniega con grandes espacios dedicados a la caza y al esparcimiento. De este palacio original, no queda nada hoy en día, ya que fue destruido en una de las tantas guerras en las que Austria formó parte.

Con el pasar de los siglos, distintos miembros de la realeza austriaca utilizaron el Palacio de Schönbrunn, pero este no gozaba de gran reconocimiento ni tampoco era de los favoritos de la corte. Esto cambió con la llegada de la emperatriz María Teresa al poder, puesto que fue ella quién doto de esplendor a esta magnífica residencia.

El Palacio de Schönbrunn continuaría siendo propiedad de la familia imperial hasta la caída de Austria-Hungría, ocurrida a finales de la Primera Guerra Mundial.