Paseando por la plaza Dobó István, te sentirás rodeado de historia. Aunque no queda mucho de su pasado turco, los edificios barrocos que rodean la plaza son la muestra palpable del segundo renacimiento de Eger.
Construidos alrededor de 1700, conforman un extraordinario legado arquitectónico elegante y refinado. Además, las estatuas de Zsigmond y Alajos Stróbl otorgan a la plaza una belleza inigualable. Todo ello con el río Eger bordeándola al noreste.
Sin duda, el edificio que más destaca en la plaza Dobó István es la parroquia de San Antonio. Este lugar, reconstruido tras el paso de los turcos, ofrece una imagen distinta dependiendo de la hora del día.
Al lado de la parroquia encontrarás el ayuntamiento de Eger, también de gran belleza y que admite visitas en el interior.
Otros edificios de estilo distinguido, son el Palacio Episcopal y el Liceo. El primero guarda 250 años de historia de los arzobispos de la ciudad de Eger. Mientras que el Liceo alberga una de las bibliotecas más destacadas de Hungría.
Aunque muchos eligen permanecer en el centro de Eger unas horas, es recomendable conocer en profundidad este rincón húngaro. Así que, si decides dedicarle unos días a esta localidad, podrás visitar sus numerosos monumentos y museos el tiempo suficiente.
Por último, recuerda que si vas a caminar por la ciudad, debes usar la ropa adecuada. Así que calza tus zapatos cómodos ¡y a recorrer Eger!
