Iglesia Azul de Bratislava.

Al inicio del siglo XX, el Imperio Austrohúngaro dominaba buena parte de Europa Central y del Este, incluyendo la actual Eslovaquia. Por ese motivo, muchos ingenieros y arquitectos húngaros viajaban a otras zonas de la región, para hacer realidad sus ideas.

Este fue el caso de Ödön Lechner, un experto arquitecto procedente de Hungría, quien se estableció brevemente en Eslovaquia. Durante su tiempo en Bratislava, planificó e inició la construcción de la que sería una de sus últimas obras, la Iglesia Azul.

El proyecto comenzó en 1909, y la iglesia abrió sus puertas cinco años después, en 1913. Al ser inaugurada, el templo fue consagrado a Santa Isabel de Hungría, una devota católica magiar, quien fue hija de un rey húngaro y dedicó su vida a financiar la construcción de hospitales, atender a los enfermos y ayudar a los podres.

Igualmente, la Iglesia Azul fue diseñada para servir como tumba simbólica de Santa Isabel, debido a que los restos de esta no se encuentran allí pero fue nombrada en su honor.

Para conocer la Iglesia Azul, deberás alejarte un poco del centro de Bratislava, ya que esta se encuentra ubicada justo a las afueras del Casco Histórico. Por suerte, la capital eslovaca es pequeña y se puede recorrer a pie.

El acceso a la Iglesia Azul es gratuito, y está abierta durante casi todo el año. Ten en mente que este templo ofrece misas y celebra distintos eventos religiosos, como bodas y bautizos, por lo que es recomendable revisar su horario antes de hacer una visita, así no tendrás que preocuparte por interrumpir alguna ceremonia. 

Por último, solo nos queda decir que la Iglesia Azul es un lugar cálido y acogedor, que siempre estará allí para recibirte con toda hospitalidad.