La Puerta de Viru en el centro histórico.

Estonia es un país conocido por su costa báltica, la cual ha sido una de sus principales fuentes de ingreso a lo largo de la historia, pero también fue causa de muchos de sus problemas. Esto se debe a que Tallin, la capital, vivió numerosas invasiones a lo largo de los siglos.

Por este motivo, la ciudad contaba con su propio sistema de murallas, diseñadas para proteger el acceso a la metrópoli. Sin embargo, su función más importante era mantener seguros a los habitantes de Tallin y alejar a los posibles invasores.

Dentro de este complejo sistema de fortalezas, se ubicaba el que hoy en día es el Barrio Antiguo, compuesto por las zonas más históricas de la ciudad. Aunque las murallas ya no existen, aún es posible ver la notable diferencia que hay entre la zona moderna y la antigua.

De hecho, hay un punto específico en donde se marca esta separación, y este es la Puerta de Viru. La puerta, compuesta por dos torres amuralladas, es lo que queda del viejo muro que rodeaba Tallin, y actualmente es uno de sus atractivos turísticos más importantes.