Tras independizarse de Suecia en 1905, Noruega se constituyó como una monarquía institucional. El poder estaba en manos del rey Harald V, de la casa de Glücksburg.
En el siglo XIX, entre 1823 y 1848, se terminó de construir el Palacio Real. El diseño del palacio estuvo a cargo del arquitecto Hans Linstow, y fue un proyecto para Carlos XIV. De hecho, en la entrada del palacio está su estatua ecuestre.
Su planta tiene forma semicircular, el lado central es más ancho y contiene un cuerpo central saliente hacia ambos lados. El edificio tiene tres pisos, una capilla y un salón de baile. También posee una habitación llamada la “sala de los pájaros”, por la cantidad de pinturas de aves que posee.
Aunque luego de la independencia del país pasó a ser patrimonio de la Casa Real Noruega, actualmente lo utilizan como lugar de trabajo y no de residencia.
Lo que más sorprende al visitarlo, es que se puede llegar hasta la mismísima puerta del lugar. Esto se debe a que el paso no está restringido, como una manera de mostrar la cercanía entre el pueblo y la monarquía.
En cuanto al interior, este tiene una fuerte influencia neoclásica, y está decorado con pinturas de reconocidos artistas noruegos. Si agendas una visita privada, tú también podrás recorrer los rincones del palacio; pero ten en cuenta que es posible solo durante el verano.
Un comentario en “Palacio Real”
Sara R.
10 de junio de 2024 a las 21:23El Palacio Real es una visita imprescindible en Oslo, donde trabaja la familia real y realiza sus actos oficiales. Tiene un estilo muy sencillo, pero es muy bonito, a mí sobre todo me gustaron las columnas de inspiración griega del balcón y los arcos de la puerta principal. Después de visitar el palacio se puede pasear por el jardín del palacio, todo muy bien cuidado.