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Acabo de regresar de Budapest, vuelvo pensando cuando podré volver y es que esta ciudad no te la acabas con un viaje, ni con dos, da para mucho más.
En todas las ciudades importantes es frecuente encontrar monumentos, construcciones que nos transmiten historias, sensaciones e intenciones. Es el caso de Budapest, te puedes encontrar el monumento a András Hadik, el monumento a la Ocupación Soviética, el de Esteban I de Hungría, el de Imre Nagy, la estatua de San Gerardo, de Ronald Reagan y tantos otros pero hay uno en concreto que te sobrecoge, te transporta a otros tiempos de sufrimiento y de horror donde queda inmortalizado lo peor del ser humano.
Caminando desde el Parlamento por el puerto de pest en dirección al Puente de las Cadenas a medio camino te encontrarás con unos zapatos en el borde mirando al agua, estos zapatos nos hablan de una historia de 1944, año que Hungría fue invadida por el ejército alemán y el poder quedó en manos de Ferenc Szálasi dirigente del partido La Cruz Flechada semejante al Partido Nazi.
La persecución y asesinato de judíos se convirtió en objetivo, muchos de ellos eran conducidos en grupo a orillas del Danubio obligándoles a descalzarse y atados en fila india los verdugos disparaban tan solo una sola bala al primero de ellos lo que ocurría es que el grupo caía al agua y los judíos fallecían ahogados.
El 16 de abril de 2005 era colocada en el muelle de pest esta obra por los húngaros Gyula Pauer y Can Togay, son sesenta pares de zapatos dispersos realizados en hierro oxidado y colocados como si los dueños hubieran acabado de descalzarse. Los zapatos son de diverso tamaño, son de niño, de mujer, de hombre e interpreto que el mensaje de sus autores es que la barbarie tenía un único denominador común, ser judío.
Además son tres las placas colocadas en húngaro, inglés y hebreo con el mismo mensaje: “A la memoria de las victimas fusiladas en el Danubio por milicianos de la Cruz Flechada entre 1944-45. 16 de abril de 2005”
Los Zapatos del Danubio son el testimonio de lo que aquí ocurrió, lo que fue y lo que no ha de volver a suceder. Los habitantes de Budapest lo tienen muy presente y es frecuente que se acerquen a colocar velas y flores.
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2 Comentarios en “Los Zapatos del Danubio”
Ana Ramirez
18 de junio de 2023 a las 16:07No conozco Budapest y he leído este artículo porque quiero ir, cuando regrese la normalidad, con mi novio a conocer Budapest. Hasta este momento no tenía ni idea de las atrocidades que se cometieron a orillas del río pero me parece muy bien que hayan unas esculturas que lo recuerden. Hechos así no han de volver a ocurrir.
Raquel
10 de junio de 2023 a las 22:13Hasta no haber leído este artículo desconocía este horrible suceso. Bien que han hecho este gesto de respeto hacia las victimas y en su honor.