El Bastión de Margarita la Gorda.

El mar báltico fue, por muchísimos siglos, el principal punto de conexión entre los países de Escandinavia, Europa Oriental y Rusia. Debido a esto, las ciudades crecieron cerca de los puertos y las bahías, en donde el comercio era más activo.

Una de esas metrópolis, nacidas del ajetreado intercambio de bienes y tradiciones culturales que ocurría en el Báltico, fue Tallin. Hoy en día, esta ciudad es la capital de Estonia, así como el lugar más poblado de todo el país y donde se asienta el poder político del Estado.

Tallin, al igual que otras ciudades similares como Helsinki o Copenhague, tiene una privilegiada posición geográfica que hacía de ella una zona de gran relevancia para las naciones cercanas, por lo que fue escenario de numerosos asedios, invasiones y batallas.

Con el pasar de los siglos, Tallin vivió momentos de extrema dificultad, sobre todo durante la Segunda Guerra Mundial y la era de control soviético. Sin embargo, la ciudad resurgió a finales del siglo XX, y muchos lugares de interés histórico, como el Bastión de Margarita la Gorda, se convirtieron en símbolos para los locales y maravillosos atractivos turísticos.