Visitar Viena con niños.

Viena se caracteriza por ser una de las capitales más verdes del mundo. Por eso, visitar cualquiera de estas zonas verdes es ideal para disfrutar de un tranquilo paseo en familia.

Seguro a los niños les encantará conocer los senderos secretos que recorren el palacio de Belvedere. Paseando por sus jardines se llega al jardín alpino más antiguo del mundo, y al botánico que está separado por un gran muro.

En el jardín botánico es posible disfrutar de numerosas especies de aves y hermosos prados donde habita la fauna autóctona. ¡Es el lugar ideal para sacar fotos y quedarse con bellos recuerdos de un viaje en familia!

Por otro lado, la visita a los jardines del Ayuntamiento es preferible realizarla en invierno. Es que, durante la época navideña, se despliega el mercado y se habilita la pista de patinaje sobre hielo, una actividad que a los niños les encantará.

Por último, un recorrido por el zoológico de los jardines de Schönbrunn es perfecto para que los niños se diviertan aprendiendo. En el zoo habitan más de 600 especies de animales y tienen una granja donde los más pequeños pueden alimentar cerdos y conejos. Además, cuenta con varias áreas de juego.

Una visita ideal para hacer en familia es recorrer el inmenso Parque Prater. Este parque de diversiones de Viena es famoso por su inmensa rueda de la fortuna. La noria gigante alcanza los 65 metros de altura y ofrece una vista panorámica increíble de la ciudad.

El Prater cuenta con 250 atracciones entre las que se destacan montañas rusas, trenes fantasmas, un simulador de vuelo y teatros de títeres. Esto último es una opción ideal para los más pequeños, al igual que el antiguo tren que pasa por las grutas.

Además de las atracciones, en el parque se encuentran numerosos restaurantes y cafés. También hay una extensa zona verde con jardines y bosques, y un museo donde se cuenta la historia de Viena y del Prater. ¡Sin dudas, es una visita imperdible!