Goulash, símbolo gastronómico.

Los orígenes de este plato se remontan a la Edad Media, cuando los pastores nómadas de las estepas húngaras cocinaban la carne de sus rebaños en grandes ollas de metal sobre el fuego. El nombre goulash proviene de la palabra húngara gulyás, que significa pastor.

Se trata de una comida sencilla y casera que lleva pocos trozos de carne. Sin embargo, requiere un largo tiempo de cocción. Con el tiempo, el plato se fue extendiendo por todo el país y se incorporaron nuevos ingredientes, como el pimentón, que llegó a Europa desde América en el siglo XVI.

Así es como en la actualidad se puede encontrar una gran variedad de goulash dependiendo de la región.

Para los amantes del goulash que probaron por primera vez este plato y quieren experimentar la sensación de viajar sin salir de casa, estas son algunas recetas para recrear que tienen ingredientes similares.

Comenzando por el estofado de ternera con cerveza, un plato típico de Bélgica que se prepara con carne de ternera, cebolla, zanahoria, laurel, tomillo, mostaza, azúcar moreno y cerveza negra. Se cocina a fuego lento hasta que la carne esté tierna y la salsa espesa. Se suele servir con patatas fritas o puré de patatas.

Siguiendo con el pörkölt de cerdo tradicional de Hungría que se parece al goulash, pero se hace con carne de cerdo, cebolla, ajo, pimentón, comino, sal y pimienta. Se cocina en una olla con un poco de agua hasta que la carne esté hecha y la salsa reducida. Se suele acompañar con nokedli, unos pequeños ñoquis de harina y huevo.