¿Cómo es Copenhague?

El recorrido por el centro histórico de Copenhague debe comenzar por el Castillo de Rosenberg. Este antiguo palacio y su edificación merecen una visita con cámara en mano para llevarse las mejores fotografías de su maravilloso jardín.

Lo mismo ocurre con el Palacio de Amalienborg. Se trata de la residencia de la familia real, conformado por cuatro grandes edificios de estilo rococó. Frente a él es posible encontrar la Iglesia de Mármol. Con un estilo barroco, la iglesia deslumbra con su impresionante cúpula de color verde.

Un lugar imprescindible desde donde se obtienen increíbles vistas de la ciudad ese en la Torre Redonda. Construida en el siglo XVII, además de su detallado diseño tiene uno de los observatorios más antiguos de Europa.

Más alejado del centro, cerca de Christiania, también hay otro mirador increíble. Se trata de la Iglesia de San Salvador, que cuenta con una escalera caracol en su exterior con acceso a la parte superior, desde donde se puede contemplar el paisaje.