Puente Alexandre III, el más bello de París.

A finales del siglo XIX, París era una de las ciudades más grandes de Europa, y sus antiguas calles no daban abasto para la creciente población. Por lo tanto, la administración local diseñó innovadores planes urbanísticos, para crear nuevas vías y hacer de la capital francesa un lugar más transitable.

El Puente Alexandre III fue parte de este plan, pero su diseño también cumpliría con otro propósito, ya que la Exposición Universal de 1900 se acercaba y París, la sede elegida, debía mostrar su mejor cara.

La metrópoli ya había impresionado en otras ediciones de esta convención, especialmente con la recién construida Torre Eiffel, por lo que el Puente Alexandre III tenía que estar a la altura de las circunstancias.

Los trabajos de construcción iniciaron el 1896, siendo el Emperador Nicolás II de Rusia y su esposa los invitados especiales, que le dieron un toque solemne a la ocasión. Al sonar las campanadas que anunciaban la llegada del siglo XX, el Puente Alexandre III estaba casi listo, siendo inaugurado el 14 de abril de 1900.